La Seda
Del dibujo al óleo y a la acuarela, después la pintura sobre tela y, como una evolución natural, llegó la seda. En este proceso de aprendizaje, con etapas cada vez más complejas, pasando de un material económico a un tejido noble, me he dejado llevar casi sin darme cuenta.
La pintura en seda es muy versátil, hay muchas técnicas diferentes, desde lo abstracto que no necesita ni pincel ni bastidor, hasta la pintura naturalista que mima el detalle. Hay muchos artistas y artesanos que trabajan en seda de muchas maneras diferentes y, de entre todos ellos, una pintora que ha influenciado mucho mi forma de trabajar es Ute Patel-Missfeldt: sus imágenes en seda son alegres y muestran un gran sentido del humor, sus dibujos consiguieron hace tiempo atraer mi atención y leyendo alguno de sus libros, encontré la técnica de pintar sobre cristal que inventó ella y que permite pintar de forma naturalista.
En otro extremo del amplio abanico de técnicas de coloreado de la seda está el Shibori: una técnica japonesa de teñido que se inventó hace 1.200 años. Los diseños me emocionaron en cuanto los vi y enseguida me hice con un libro que me enseñara cómo conseguirlos. Parte de la magia de esta forma de pintar es que nunca estoy completamente segura de lo que me voy a encontrar cuando despliego la tela, lo hace más emocionante, aunque poco a poco consigo los resultados que busco.
Origen
Los tejidos de seda fueron elaborados por primera vez en la antigua China, y algunos indicios apuntan a que se fabricaron ya alrededor del año 3.000 antes de Cristo, aunque las evidencias más firmes del uso de la seda datan del año 1.300 antes de Cristo. La leyenda dice que ya por entonces la Emperatriz de China Xi Ling-Shi (Hsi-Ling-Shih, Lei-tzu) usaba vestidos de seda.
Al principio la seda era un tejido reservado exclusivamente a los miembros de la familia imperial china, tanto para su propio uso como para ser regalado. Pero con el tiempo, dado su cada vez mayor uso a través de la cultura china, acabó extendiéndose su producción, tanto geográfica como socialmente, hasta otras zonas de Asia. La seda se convirtió rápidamente en un producto de lujo muy apreciado por los comerciantes, debido a su textura y brillo, además de ser un producto muy accesible y cómodo de transportar. Es por ello que llegó a tener una fuerte demanda, convirtiéndose en un elemento básico del comercio internacional pre-industrial.
En el año 2.007 unos arqueólogos descubrieron en una tumba en la provincia de Jiangxi los restos de un vestido, cuyas fibras de seda estaban estrechamente tejidas y teñidas, fechada alrededor de la época de la dinastía Zhou del Este, con una antigüedad de unos 2.500 años.
En la Edad Media el arte de la sericultura se expandió por Europa, sin embargo, es en el Extremo Oriente donde su desarrollo fue mayor.
Cömo se Obtiene la Seda
El proceso de producción de la seda se inicia cuando la mariposa pone de 300 a 600 huevos en el curso de siete días. Los gusanos que nacen han de comer grandes cantidades de morera para convertirse en adultos en unos 32 días.
La hilatura de seda consiste en devanar el hilo del capullo de una manera parecida a como se haría con una madeja. Se sumergen los capullos en agua a 90º, después se cepilla para poder encontrar el cabo exterior del hilo y en un recipiente con agua a unos 40/50º se juntan los cabos de ocho capullos.
La longitud normal de un hilo es de 600 a 1.200 metros, aunque en algunos casos puede alcanzar los 4.000 metros.
La seda es un filamento continuo natural (la única fibra que la Naturaleza proporciona ya hilada), es una fibra sólida y de diámetro regular.
Por ser una fibra tan cara, se aprovecha al máximo; para ello, una vez hilado el filamento, los desperdicios (capullos en los que el gusano ya ha salido, restos de filamento del devanado,) se tratan para volver a hilarlos y los últimos restos no aprovechables para el hilado se emplean para la confección de guatas y otros rellenos.
PROPIEDADES DE LA SEDA
La seda es una fibra contínua, fina y lustrosa que, durante siglos, ha sido considerada la reina de las fibras: en tiempos pasados hubo períodos en los cuales la seda, debido a su rareza, se consideraba un artículo de lujo muy cotizado.
Las fibras de seda tienen una sección transversal triangular con esquinas redondeadas. Esto refleja la luz en diferentes ángulos, dando a la seda un brillo especial.
Tiene una textura suave y lisa, no resbaladiza, a diferencia de las fibras sintéticas.
Reúne una combinación única de propiedades que no posee ninguna otra fibra: tacto seco, brillo natural, buena absorción de la humedad, buenas cualidades de caída, alta resistencia, hipoalergénica.
La seda es una de las fibras naturales más fuertes, pero pierde hasta el 20% de su fuerza cuando está húmeda. Se dice que un cable de seda del grosor de un lápiz sería capaz de detener a un Boeing 747 en pleno vuelo.
Su elasticidad va desde moderada a pobre: si se estira más allá de un cierto límite de fuerza, tarda un tiempo en recuperar su forma previa.
Es un tejido sensible a la luz solar, pudiéndose debilitar su estructura si se expone mucho al Sol. También es especialmente vulnerable a la acción de los insectos, sobre todo las polillas, si está sucia.
En contacto con la piel produce una sensación de calor desde el primer momento; la caída es mejor que la de cualquier otra fibra; resiste los ácidos, pero no lo alcalinos fuertes: el cloro la daña, se blanquea con agua oxigenada.
La seda es un tejido natural muy duradero siempre que se cuide adecuadamente
TIPOS DE TEJIDOS EN SEDA
Según se teja la seda, se pueden obtener los siguientes tipos de tejidos:
Pongé, pongée o habotai: en el telar casero chino, denominado pen-shi, de ahí su nombre, se confeccionaba una tela de seda de mediana calidad. En Europa, el pongé es un tafetán de seda: un tejido blanco, ligero y un poco brillante, de trama simple y peso variable, textura lisa y tupido. Asequible y suave, el vapor y el lavado en seco mejoran su brillo y su tacto. Es el más común para pintar y tiene una buena relación calidad precio.
Bourrette, seda rústica o borras de seda: tipo de seda de mayor gramaje, resistente, granulosa, basta y sin brillo. Se puede pintar una vez desengomada y blanqueada. Se usa para indumentaria o batiks africanos.
Shantung o seda cruda: tejido de seda del gusano tasar (*), con ligamento tafetán, que toma su nombre de la provincia china de donde es originario.
Crepé de Chine: del latín crispus, es decir; ensortijado o rizado. Es un tejido de seda cuya urdimbre está más retorcida que la trama, lo que le confiere un característico aspecto estriado. Su superficie es arrugada y mate y conviene lavar antes una muestra para comprobar si encoge o se arruga.
Crepé georgette: tiene un aspecto estriado. Su superficie es arrugada y mate y conviene lavar antes una muestra para comprobar si encoge o se arruga.
Dupion: seda natural del gusano tasar (*), brillante, de color crudo, textura basta y rígida con hilos irregulares que dificultan el tinte. Se usa para cortinas, mantillas y vestidos de ceremonia.
Organza: tipo de seda con ligamento tafetán ligera y con trama abierta. Tiene poca caída y mucho apresto debido a que su filamento conserva la sericina.
Muaré o moaré: del francés moiré. Tejido que da la impresión de llevar marcas de agua, efecto que se obtiene al someterlo a presión por medio de cilindros grabados con el dibujo que se quiere obtener.
Twill: tejido de sarga, seda muy suave, de trama muy tupida, muy resistente. Muy popular en la época del Modernismo.
Satén, satín o raso: del francés satin, del italiano satino y éstos del bajo latín seta, seda, serica, pelo de seda. El satén se teje en seda, de tacto grueso y suave, su aspecto es de un brillo comparable sólo a algunos terciopelos.
Crepé satín: el crepé satín muestras las características del satin por un lado y las del crepé por el otro. Tiene una gran caída lo que hace que sea un tejido ideal para pañuelos, fulares y vestimenta.
Gasa: de Gaza, ciudad de Siria. Transparencia muy ligera, sutil, fina y de gran suavidad, caracterizada por la poca densidad de los hilos de urdimbre y trama. No se debe escurrir y se plancha a baja temperatura, cuando esté casi seca.
Jacquard: las telas están tejidas formando dibujos. Debe su nombre al fabricante francés Joseph Marie Jacquard, que a principios del siglo XIX inventó un telar con el que se pueden realizar tejidos de dibujos sumamente elaborados con gran facilidad e incluso de distintos colores. Se usó para brocados y damascos.
(*) Gusano tasar: que se cría en libertad en la llamada sericultura silvestre o forestal, comiendo hojas distintas de la de morera, y que agrupa a diferentes especies
CUIDADOS DE LA SEDA
Lavado
Las sedas ya pintadas pueden lavarse a mano, en agua fría, sin frotar y sin retorcer, con detergentes para seda y lana. Es conveniente no permitir que se ensucien demasiado para poder limpiarlas con un lavado ligero. No deben dejarse en remojo. Es normal que en los primeros lavados destiñan un poco: es la pintura sobrante que la tela no ha podido absorber.Para que los colores vuelvan a ser vivos, se recomienda añadir algo de vinagre incoloro en el último aclarado. Es conveniente que las telas no se toquen entre sí para que los colores no puedan pasar de unas a otras. Recomiendo poner la seda en una toalla para quitarle la humedad y planchar inmediatamente. En el caso de una blusa conviene poner una toalla entre las capas para que no traspase el color. Pueden limpiarse en seco con precaución excepto las piezas con colores metálicos.
Secado
Para secar la seda no se debe escurrir, ni retorcer, ni usar secadora. Un buen método para secarla es escurrirla entre dos toallas, dejándola secar al aire horizontalmente. En el caso de sedas pintadas con pintura al vapor hay que evitar que las telas se toquen entre sí a la hora de secarse ya que pueden desteñir.
Planchado
La seda se plancha mejor estando aún ligeramente húmeda. Debe plancharse a temperatura media (entre 100 y 160ºC), sin presionar demasiado y durante tiempo no muy prolongado.
Almacenaje
La seda debe guardarse enrollada en lugar de doblada para que las fibras no sufran en el pliegue y así no se lleguen a romper. De igual forma, al usar pañuelos de seda, hay que evitar apretar demasiado los nudos.
Si se va a almacenar durante mucho tiempo, debe protegerse de la luz y los insectos. Se puede guardar enrollada en un tubo en un sitio seco y fresco, evitando usar bolsas de plástico ya que le impiden respirar.